Aquí os dejo la entrevista que me hicieron para la revista Duero Digital, sobre el inventario que estoy realizando de los palomares tradicionales en nuestra provincia, pincha aquí para leerla desde el periódico.
Empezó a interesarse por los palomares casi por casualidad, al intentar completar una información que faltaba en su blog. Desde entonces ha catalogado ya más de 900 de estas construcciones en la provincia de León, y aún no ha terminado. Irma Basarte hace honor a la definición de utópica que ella hace de sí misma, porque todo ese trabajo lo hace, digamos, por amor al arte. Ni institución ni organismo alguno financia ese trabajo, y eso a pesar de que no existe inventario alguno sobre estas construcciones ligadas a la vida agrícola en toda la provincia.
Nadie sabe qué ocurrirá con todos los datos que está recopilando y con el material que acumula. Lo ideal sería que una institución financiase la publicación de un trabajo intenso y meticuloso, fruto de varios años de patear fincas y caminos, pero hasta ahora los intentos han sido en vano. La tan manida crisis viene que ni pintada como excusa para dejar de lado una labor que bien merece algo más que un libro.
- ¿Qué te empujó a estudiar los palomares?
- Todo comenzó a través de mi blog. Desde 2008 escribo en un blog sobre cosas de León, en general, y me di cuenta de que me faltaban referencias a palomares. Empecé a buscar información y sólo encontré una publicación sobre palomares de León, de Díez Anta; luego contacté con el Instituto Leonés de Cultura, que me ha dado mucho apoyo moral, pero no encontraba mucha más información, así que empecé en 2009 con las primeras visitas a palomares.
- Trabajas por iniciativa propia, sin ayudas. No me digas que ninguna institución ha mostrado interés por realizar un censo de palomares.
- Pues nadie se ha involucrado. Lo ideal sería que el trabajo que estoy realizando se publicase, porque ese sería el destino natural de todos esos datos, pero no tengo muchas esperanzas. Yo no voy a invertir un dinero en publicarlo, así que no sé qué haré al final, cuando todo esté terminado
- ¿En qué consiste el trabajo?
- Hago la geolocalización del palomar, la medición, una ficha detallando el estado en que se encuentra, y fotografías para tener constancia de todos esos datos.
- ¿Cuántos palomares se conservan en la provincia de León?
- Hasta ahora tengo catalogados alrededor de 900, incluidos los restos que he encontrado, pero me queda aún la zona de El Bierzo, la de La Bañeza y poco más. Calculo que serán, como mucho, unos 200 más, así que habrá en total unos 1.100 palomares.
- ¿Y su estado?
- Pues, generalmente, o muy mal restaurados, que hay casos, o muy deteriorados y con pocas vistas de que se vayan a recuperar. La mayoría pertenecen a particulares y la construcción agrícola que fue ya apenas tiene función. Se construyeron para la cría de pichones, pero eso, salvo excepciones, ya está en desuso.
- Tu trabajo nada tiene que ver con los palomares. ¿Cuándo te dedicas a recorrer los pueblos y catalogarlos?
- Pues el inventario lo hago en mis vacaciones y en tardes libres. En lugar de marcharme fuera he dedicado unos cuantos días a catalogar palomares. En las del último verano me dediqué a los de la comarca de La Cabrera. Me sorprendió porque pensaba que iba a encontrar menos y al final localicé más de 50 y bastantes en buen estado.
- ¿Lo más grato de este peregrinaje por la provincia?
- Sin duda, la gente que se conoce en cada pueblo. Ves la humanidad y la gratitud de la mayoría de la gente, sobre todo en pueblos pequeños.
- ¿Y lo más ingrato?
- Poquitas cosas. Quizás una experiencia en un pueblo, al intentar fotografiar un palomar, cuando un hombre se puso hecho una furia conmigo, como si estuviese robándole algo, a pesar de que ni la finca ni el palomar eran de su propiedad. Marchó y regresó con varias personas más, muy cabreado. Al final no pasó nada, pero no fue muy agradable.
- ¿Dónde has encontrado los palomares más curiosos?
- Curioso es el de Mansilla de las Mulas, o el de Valderas, que lo han restaurado con bastante buen gusto. Y curioso es el caso de uno en Villacelama, un pueblo que pertenece al Ayuntamiento de Villanueva de las Manzanas. Allí una mujer tiene un palomar restaurado en una finca, el Ayuntamiento decidió hacer una recalificación de terrenos y ha incluido el de esta mujer, que antes era rústico, como todos en los que se construían palomares. Ahora paga un impuesto como si tuviese un chalet en Marbella. Quiero decir que las instituciones, en lugar de apoyar este tipo de iniciativas para la restauración, no sólo no apoyan, sino que muchas veces las entorpecen.
- ¿Y el más raro?
- En Lorenzana, a pocos kilómetros de León capital. Hay un palomar que se ve desde la carretera, rodeado por una verja, que a mí me hace pensar en Guantánamo.
Irma.-