En el siglo XX allá por los años 40 el Estado Español concedía subvenciones para la construcción de palomares. Los propietarios, arrendatarios de fincas rústicas tenían que cumplir los requisitos comprendidos en el artículo 3º de la Ley de 27 de abril de 1946 y por supuesto estuviesen interesados en la construcción de palomares.
El anticipo en metálico sin intereses que dicha Ley concedía podía llegar al 40% del presupuesto de la obra, se reintegraba a partir del quinto año siguiente a su concesión, en varias anualidades iguales, que no podían exceder de veinte y la redacción de un proyecto gratuito redactado por un Ingeniero Agrónomo.
Para la concesión del "auxilio económico", era necesario que no se excediese de 60.000 pesetas el presupuesto de la obra y que no fuese superior a 30.000 pesetas para que el proyecto fuese gratuito, por lo tanto el coste del palomar tenía que estar comprendido entre 30.000 y 60.000 pesetas.
El Instituto Nacional de Colonización ayudaba a construir un palomar con auxilios técnicos y económicos.
Hace dos años dos personas, lo curioso del caso es que ni siquiera son de España, se pusieron en contacto con esta Asociación para entregar un dinero para restaurar un palomar, decidimos que el palomar fuese el que hay en Carracedo, por su ubicación y antiguedad.
No debemos permitir que se extingan los palomares en este siglo, ya que generaciones venideras se merecen conocer este tipo de arquitectura tradicional, al igual que hicieron nuestros antepasados para que llegasen a nuestros días.
No debemos permitir que se extingan los palomares en este siglo, ya que generaciones venideras se merecen conocer este tipo de arquitectura tradicional, al igual que hicieron nuestros antepasados para que llegasen a nuestros días.
De nosotros depende que las próximas generaciones puedan disfrutar de ellos.
Año 1769 dintel "utópico" del palomar de Carracedo |