El palomar de Pepe y Lola, perteneciente al Monasterio de Sandoval, se salvará de la desaparición tras un acuerdo de cesión entre el Ayuntamiento de Mansilla Mayor y sus propietarios. La decisión del Ayuntamiento supone un punto de inflexión para el Monasterio de Sandoval, que recibe una buena noticia tras años de decadencia y abandono.
El palomar, propiedad de Soraya González Rebollo, pasará a denominarse Palomar de Pepe y Lola, en honor a sus antiguos dueños, y en él el Ayuntamiento pretende consolidar la ruina existente y poner el valor tanto el palomar como el monasterio de Sandoval. En la foto, los concejales Pablo López Presa y Raquel Cabañas, Soraya González, propietaria del palomar, y el alcalde de Mansilla Mayor, José Alberto Martínez.
Irma Basarte10.-