La incubación del pichón, dura aproximadamente unos dieciocho días. Después del apareamiento y tras un período de 8 a 10 días, la hembra pone un huevo y un día después pone el segundo huevo. Si pusiese otro debería retirarse, ya que una pareja no puede criar bien más de dos pichones.
El macho y la hembra se colocan alternativamente sobre los huevos, el macho generalmente desde las ocho de la mañana a las tres o cuatro de la tarde (horario de oficina) y la hembra el resto del tiempo.
Los pichones crías son alimentados y criados por sus dos progenitores a la vez, con una mezcla espesa y cremosa, la llamada "leche de pichón" que producen en el buche. Después de haber comido los pichones padres, alimentan a sus pequeños, dándoles antes de beber agua, durante esta operación es conveniente no molestarles ni asustarles.
Mario J. Conde en su libro de palomas y palomares comenta que un autor inglés dice que para que los pichones sean iguales, al poner el primer huevo se les debe quitar y no devolverlo hasta que hayan puesto el segundo, para que nazcan los dos a la vez, pues si el uno tiene veinticuatro horas más que el otro, éste, que suele ser la hembra, puede quedar más pequeña y este raquitismo es la primera causa de la degeneración de la raza. Este consejo deber servir para todas las variedades de palomas. Está comprobado que de este modo la raza jamás degenera, también hay que tener en cuenta que no son recomendables los apareamientos consanguíneos, los pichones de un mismo nido deben ser separados.
Últimamente los palomares están huérfanos de palomas y de dueños que las cuiden, sería una bonita utopía conseguir que los palomares de nuestra provincia volviesen a tener palomas y dueños que los cuiden. En Carracedo hemos conseguido que se restaure el palomar del Monasterio y poco a poco va habiendo conciencia por nuestros palomares, ¡ojalá consigamos hacer realidad esta bonita utopía!
Por cierto en nuestro palomar ya tenemos pichones, la pareja de cigüeñas debe estar apunto de sacar también a sus polluelos y la pareja de cernícalos también, tenemos un palomar utópico que está muy bien organizado, de hecho cuando los roedores vienen a esquilmar la comida a las palomas, se arrima una lechuza y deja limpio el palomar de roedores, la madre naturaleza es sabia, solemos ser los humanos los que rompemos siempre el equilibrio.
Irma Basarte10.-