Perdemos milenios en decenios, no podemos perder la cultura popular ni su arquitectura tradicional. ¡Ojalá consigamos hacer realidad esta utopía! #SalvemosLosPalomares

"En León hay 1.300 palomares"

Palomar utópico de Santas Martas
Cuatro utópicos de los palomares, Irma Basarte, Carlos De Guzmán, Jesús Molina y José Antonio Carbajo muestran en Mansilla Mayor sus fotos (los tres primeros) y maquetas de palomares, una forma de arquitectura popular en serio peligro pese a que Basarte ya ha catalogado en León 1300, muchos de ellos en ruin.
 
Y a hace ocho años que Irma Basarte creó un blog de sueños, la utopía del día a día, y la utopía central de aquella caja mágica era ‘Salvemos los palomares’, construcción tradicional que ha ido fotografiando y catalogando sin descanso. «Sigo catalogando y ya casi la tenemos terminada, aunque me temo que va a ser un inventario ‘vivo’ porque cuando termine de catalogar todos los palomares de la provincia, quiero volver sobre ellos, para ver cuantos han desaparecido y para seguir tratando de hacer realidad esta utopía y que la gente se conciencie que tenemos que restaurarlos. Ahora mismo tenemos catalogados casi 1300 palomares, contando ruinas y restos».

Ocho años después ya es para todo el mundo Irma ‘la utópica’ o ‘Irma la de los palomares’, por lo que cuando en Mansilla Mayor quisieron hacer una exposición de palomares y se pusieron en contacto con Carlos De Guzmán y Jesús Molina «ellos dijeron que si venían a León yo también tenía que exponer con ellos mis palomares de León y la verdad que me costó aceptar porque nunca me había metido en semejante fregado. Y aprovechando la ocasión pues entre todos decidimos invitar también a José Antonio Carbajo para que expusiese sus maquetas y así más o menos nos juntamos los cuatro y lo bueno que tiene es que cuando sumas ideas de buenos amigos y buena gente las cosas salen bien. De hecho Carlos y Jesús se han desplazado desde Madrid para explicar sus imágenes con luz perfecta en cielos extraordinarios, y José Antonio desde Vitoria, un artista del que se podría decir puedo decir que sus manos son barro».

Hacer exposiciones, calendarios... está bien, pero hay que restaurar porque si vuelve a la tierra muere - ¿Y salvar los palomares sigue siendo tu utopía del día a día?
- Los palomares es eso una utopía, hacer exposiciones de fotografías, maquetas, pinturas, incluso el calendario de los palomares del pueblo, está genial, pero desgraciadamente eso no ayuda a salvar los palomares; hace falta concienciarnos que estamos perdiendo nuestra arquitectura tradicional y desgraciadamente están condenados a muerte si no hacemos algo por ellos; dícese restaurarlos, porque cuando vuelven a la tierra, mueren para siempre.

Esa gran utopía de salvar los palomares encerraba pequeñas utopías, como catalogarlos, tarea con la que Irma Basarte se puso, con gran paciencia. «Era una utopía que, más o menos, está conseguida. Después llegó otra, restaurar algunos palomares, también era una utopía y se consiguieron, incluso se preocuparon por nuestros palomares un matrimonio holandés y también conseguimos hacer realidad esa utopía, pero salvar todos los palomares de nuestra provincia me temo que es una tremenda utopía».

Creo que el problema de fondo de esta provincia es que no sabemos querernos Alrededor de 1.300 palomares es una cifra realmente significativa, pero lo preocupante es la cifra de los que se encuentran en buen estado de conservación y, lo que es más importante, de utilización —y más en estos tiempos en los que las palomas están siendo expulsadas de las ciudades—. Actuar sobre todos lo reconoce como una gran utopía incluso ‘la utópica’, pero sí hay pasos que se pueden y deben dar. «Lo primero que debemos hacer es aprender a querernos a nosotros mismos, en esta provincia tenemos muchos problemas pero creo que el más grave que tenemos es que no sabemos querernos, en el momento que lo consigamos podremos hacer realidad incluso la utopía de los palomares tradicionales de León, ya sé que soy muy utópica, pero las utopías son las que nos hacen seguir peleando por lo nuestro, por lo menos así lo creo».

El palomar de Santas Martas


Alrededor de 1.300 palomares catalogados y visitados hacen que Irma Basarte haya experimentado todo tipo de sensaciones y vivencias, por lo que se le hace complicado señalar algún lugar especial pero sí se decide por alguno como el que llama ‘mi palomar utópico, el de Santas Martas. «Nos enteramos de que lo vendían pero el palomar era de un paisano y la finca donde estaba ubicado era de otro, tuvimos que ponerlos de acuerdo para que nos lo vendieran. Pero fue un año que empezó a llover en otoño, no escampaba y el día antes de firmar la compraventa del palomar se cayó una pared. Compramos la ruina, de hecho el notario de Mansilla de las Mulas (con lo serios que son los notarios) no daba crédito y las carcajadas fueron sonoras, pero al final conseguimos restaurar el palomar y ahora tenemos un bonito palomar restaurado, con palomas, nido de cigüeñas, nido de cernícalo e incluso de vez en cuando va una lechuza a poner orden en el palomar con el tema de roedores. Para que luego me digan que las utopías no se pueden hacer realidad». Como se hizo realidad la del palomar de Carracedo, restaurado por los holandeses Ruud y Hanneke Loman, que se pusieron en contacto con Basarte. «a veces te das cuenta que se valora mucho más lo nuestro fuera de casa que en casa».

- ¿Algún SOS por palomares?
- Varios. El del monasterio de Sandoval, ya que la muestra es en Mansilla Mayor; pero también otros como el palomar octogonal que hay en Nogales y otro medio SOS al palomar del Molino de los Curas, de Mansilla de las Mulas, no está muy mal pero tiene unas goteras que pueden ser peligrosas». 
Artículo publicado en La Nueva Crónica