Siempre es un placer saber que los palomares de León traspasan y han traspasado fronteras, en este caso el palomar del Monasterio de Carracedo, aunque nos entristece saber que en nuestra provincia desgraciadamente no siempre es así.
Gracias Hanneke y gracias Ruud Loman.
Cuando la utopía se propone ir juntado a utópicos,
ocurren estas cosas.
Irma Basarte10