fechado en 1769
Aire holandés para el palomar más antiguo
El entorno del Monasterio de Carracedo recupera un edificio anexo gracias a la contribución de un matrimonio neerlandés.
En el dintel de su entrada sigue figurando grabada la fecha de 1769.
Pocos metros más allá, un monolito recoge otra fecha, mucho más actual
—la del año pasado, cuando finalizaron las obras de restauración—. Y
junto a ella, los nombres de los dos benefactores que han propiciado su
nuevo alumbramiento: Ruud y Hanneke Loman. Dos fechas que marcan la
historia del palomar del monasterio de Santa María de Carracedo hasta el
punto de convertir este recinto en, por un lado el palomar fechado más
antiguo de la provincia de León, y, por el otro, un ejemplo de la
recuperación de la arquitectura popular —esfuerzo que le ha hecho
merecedor del galardón del Palacio de Canedo a la recuperación de
construcciones en el Bierzo—.
Un esfuerzo que no hubiera sido
posible sin la generosidad del matrimonio holandés que donó más de
25.000 euros (en realidad fueron 24.000 euros) para poder recuperar este vestigio de la historia del
monasterio de Carracedo. «Ahora yo puedo cerrar un círculo en mi vida.
Puedo venir a este lugar y recordar mi pasado», señaló ayer en
Carracedo, Ruud Loman, un ingeniero químico ya jubilado, que reconoció
ayer la fascinación que siempre ha tenido por las palomas. Tal es así
que no dudó en aportar los fondos necesarios para esta recuperación.
«Desde
el Ayuntamiento de Carracedelo quiero agradecer la colaboración, pero
también los lazos afectivos y personales, del matrimonio formado por
Hanneke y Ruud Loman», destacó el regidor de Carrracedelo, Raúl
Valcarce, quien recordó los «problemas jurídicos que había con la
indefinición de la propiedad fruto de la desamortización de Mendizabal,
que imposibilitaba al ayuntamiento a destinar recursos porque el informe
de la Secretaría era negativo». Eso ahora ya forma parte de la historia
del palomar más antiguo de León. Un palomar circular rematado por una
cubierta de pizarra y madera en cuyo interior alberga los nidales, donde
ya hay ‘alojadas’ cuatro parejas de palomas.
Por su parte Irma
Basarte, de la Asociación de Amigos de los Palomares de León, desveló
que el contacto con el matrimonio holandés se produjo «a través de
internet. Vieron que estábamos haciendo un inventario de los palomares y
querían restaurar desde el principio un palomar y elegimos éste que es
el más antiguo de la provincia», a la vez que destacaba que «se ha hecho
realidad una labor que parecía utópica al principio, pero se ha
conseguido».
En cuanto al trabajo de inventariado de los palomares
de la provincia de León, la asociación tiene en estos momentos
«contando ruinas y restos, aproximadamente 1.300 palomares
inventariados, y nos faltaría un 10% para dar por terminada la primera
fase», señaló Basarte, lanzando un llamamiento a la «concienciación por
recuperar nuestro patrimonio, pues aunque está muy bien que los
holandeses nos hayan echado una mano, pero somos los leoneses los que
tenemos que seguir en esa labor». En el caso del Bierzo, la cifra de
palomares supera los dos centenares. «Hay muchos, parece que sólo es
Tierra de Campos, pero aquí por los Oteros ves que casi hay más que por
aquella zona».
Noticia publicada en el Diario de León
Irma Basarte10.-